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martes, 5 de septiembre de 2023

Santa Escolástica y San Benito

 Santa Escolástica y San Benito

Santa Escolástica fue la hermana gemela de San Benito y es la santa patrona de los estudiantes. Nació en el año 480 en Nursia, Italia.
Fue superiora de un convento de monjas que fundó cerca del convento fundado por su hermano en Montecassino, este convento sería la rama femenina de la orden de San Benito.
San Benito iba a visitarla una vez al año porque las reglas que él mismo redactó eran muy estrictas. El día de la visita lo pasaban hablando de las cosas que pasaron, temas espirituales y de cómo ayudar a los demás. El primer jueves de cuaresma del año 547 fue su hermano a visitarla, y después de pasar juntos el día entero, el Santo se despidió y se dispuso a volver al monasterio, pero Escolástica le pidió que se quedara aquella noche charlando con ella acerca del cielo y de Dios, porque temía que no viviría hasta su próxima visita.
Benito le contestó que el reglamento prohíbe pasar la noche fuera del convento, ella insistió pero él no aceptó. Entonces ella juntó sus manos y se quedó con la cabeza inclinada orando a Dios, y en seguida se desató una tormenta tan espantosa y violenta, que San Benito y los dos monjes que lo acompañaban no podían siquiera intentar volver al convento.
San Benito creyendo que su hermana atrasó su salida se quejó “Dios te perdone lo que has hecho” y la Santa le dijo “te rogué que te quedaras y no quisiste escucharme, le rogué a Dios y él me respondió” Benito se quedó impresionado y pasó toda aquella noche con su hermana charlando.
En esa conversación Escolástica le preguntó a Benito “¿qué se necesita para ser Santos?” y San Benito le respondió “una sola cosa, querer”
Benito volvió a su convento de Monte Casino y a los tres días, al asomarse a la ventana vio una blanquísima paloma que volaba alrededor del edificio del convento y que luego desapareció en el cielo, entonces supo que era el alma de su hermana que viajaba hacia la eternidad.
Envió a unos de sus monjes a que trajeran su cadáver y lo hiso enterrar en la tumba que se había preparado para él mismo. Pocos días después murió también San Benito y fue enterrado en el mismo lugar.
Que estos hermanos nos sean un ejemplo de la importancia de la familia, y que a Dios le agrada más que pasemos un buen tiempo con ellos a que sigamos unas simples reglas.

Ronaldo Pereira

 Ronaldo Pereira


Fue un joven misionero de la Comunidad de Vida Shalom. Falleció el 17 de febrero de 1995 al volver de una misión en Natal. Ronaldo fue uno de los responsables del vigor del Proyecto Juventud para Jesús (organización pastoral de Shalom cuya misión es evangelizar a los jóvenes con osadía y creatividad), en sus primeros años, a principios de 1990.
Ronaldo Pereira da Silveira nació el 30 de agosto de 1970 en Fortaleza (Ceará). Era un joven como cualquier otro, pero con un muy fuerte deseo de cambiar el mundo. Estudió administración y se ocupó de las empresas de su padre.
Involucrado en la ideología marxista (por haber leído muchos libros de este tipo), se convirtió en comunista, hasta el día en que, llevado por su madre a una reunión de oración, tuvo la experiencia con la persona de Jesucristo que revolucionó su vida.
Con 18 años decidió dejarlo todo para ofrecer su vida y juventud a la evangelización de otros jóvenes, como misionero de la Comunidad Católica Shalom.
Ingresó en la obra Shalom en 1988 y en 1991 en la Comunidad de Vida.
De buen humor y muy organizado, como decía su madre Socorro Pereira, tras su conversión, el joven comenzó a tener un gran respeto y devoción por Nuestra Señora, incluyendo en la Comunidad el icono María Porta do Céu y la Consagración a Nuestra Señora según el método de San Luis María Grignion de Montfort.
Le encantaba San Pablo y Santa Teresita del Niño Jesús.
Una de sus grandes enseñanzas es su palabra de sabiduría conocida como “violencia del corazón”.
Esta violencia que viene del Amor y lleva al Amor la vivía él todos los días, ya sea en su penitencia de comer algo que no le gustaba, o en la sonrisa siempre en sus labios, aunque su corazón llorara. Muchos con los que él había hablado de ese tipo de violencia y pureza lo notaron, pero permanecieron en silencio como señal de respeto, arriesgándose a lo sumo un intercambio de miradas.
Ronaldo siempre decía: “Quiero dar mi vida, derramar mi sudor y mi sangre por el amor de la Iglesia y de los jóvenes”. Esto se cumplió de manera muy concreta el 17 de febrero de 1995, cuando regresaba de un viaje misionero. Murió en un accidente automovilístico a la edad de 24 años.
Con la muerte de Ronaldo la Comunidad Shalom, todavía en sus primeros años, se sumergió en el misterio del dolor. Sus miembros comenzaron a entender, según el fundador Moysés Azevedo, con más fuerza el sentido de la eternidad.
Todavía hoy, personas del mundo entero son alcanzadas por la fuerza de la vida de este joven que supo abandonarse totalmente en las manos de Dios.
(…Porque vivió violando su corazón y muriendo para sí mismo, Ronaldo fue digno de morir como mártir, en una misión, en un momento en que, ciertamente, el Dios que lo ama, tuvo que violar su propio corazón para tenerlo con él. Hoy, su vida y su muerte nos señalan, con gran alegría, que es un tiempo de amor, valentía y renuncia, porque el tiempo es corto y el cielo, bueno, el cielo está pronto – Emmir Nogueira)

"Dios llama a los jóvenes cristianos a dejar su cómoda vida, a salir de sí mismos, a lanzarse al mar como valientes pescadores. El mundo anhela ser rescatado por nuestras redes. La misión de evangelizar a otros jóvenes pertenece fundamentalmente a los jóvenes."-Ronaldo Pereira

"Mi mayor deseo es entregar mi vida a Dios, la Iglesia y los jóvenes"-Ronaldo Pereira




(Ronaldo con Moysés Azevedo, el fundador de la Comunidad Católica Shalom)


(Ronaldo y San Juan Pablo II)




(Ronaldo con la cofundadora de Shalom, Emmir Nogueira)


(Ronaldo en su viaje a Europa, Asís)

Ronaldo Pereira

 

Ronaldo Pereira fue un gran regalo de Dios para nuestras vidas y para la Comunidad Católica Shalom. Conocí a Ronaldo cuando tenía 18 años.

Era un joven lleno de vida, de disposición. Su mirada brillaba, y eso era algo que me llamaba la atención. Sus ojos tenían un brillo de vitalidad. Tuvo su experiencia con Jesucristo, que transformó su vida y toda su juventud. Antes fue un joven que vivió todas las dimensiones ricas, abundantes y desafiantes de esta etapa.
Tras su experiencia con Jesucristo, una de las cosas que llamó la atención de Ronaldo fue su ardor. Era un joven de ardor, un joven que oraba. Su vida de oración llamó la atención. Ya sea en casa o en la capilla, le gustaba pasar tiempo con Dios. Y eso hizo toda la diferencia en su vida. Hizo brillar sus ojos y, más que eso, le dio un deseo ardiente de seguir a Jesucristo incondicionalmente.
Durante su proceso vocacional, estudió en la universidad, trabajó, atendió la empresa de su padre. Estaba en buenas condiciones financieras. Tenía un coche. Tenías sus proyectos de vida. Pero durante su camino vocacional, la voz de Dios comenzó a sonar fuerte.
Surgió el deseo de una mayor entrega. El deseo de una mayor oferta. Durante este período, pudimos hablar y orar juntos. Hasta que pidió unirse a la Comunidad de Vida y recibió un discernimiento favorable.
Unirse a la Comunidad de Vida fue un desafío muy grande para él. Muchos no entendieron ese llamado y se preguntaron: "¿Cómo un joven como Ronaldo, lleno de expectativas de vida, de carrera profesional, con responsabilidades en la empresa de su familia, con futuro brillante va a dejar todo?”
De repente, alguien mucho más grande y, de una manera increíble intervino en su vida y puso en su corazón el deseo de dejarlo todo para seguirlo. Recuerdo que fue una decisión fuerte y que tuvo consecuencias para él.
Algunos de sus familiares no entendieron su decisión. Pero tuvo que tomarla, a pesar de la incomprensión de muchos.
Incluso con el corazón herido, sus ojos no dejaban de brillar y su sonrisa no se desvanecía. Su corazón estaba anclado en Dios. Por la gracia de Dios, los dolores y desafíos se transforman en alegría. Su sonrisa abierta y franca no era artificial. Era algo que venía de Dios.
Se incorporó a la Comunidad y, poco a poco, asumió su misión. Uno de los dones de Ronaldo fue su capacidad de trabajo. En la dimensión administrativa era muy organizado, pero no perdía la dimensión del Espíritu, tenía una visión muy sana de la evangelización.
Otra característica suya fue la parresia, el deseo y la audacia de evangelizar. Esto ya ardía en su corazón por la fuerza del Espíritu y la fuerza del Carisma. En este deseo de llegar a los que están lejos, tuvo el deseo de evangelizar a los jóvenes.
Asumió el Proyecto Jóvenes, la coordinación apostólica, y así Dios lo constituyó en referente para la Comunidad. Creció una amistad y una confianza mutua entre Ronaldo y yo. Se estaba construyendo una relación en Cristo ya a favor de la misión. Como persona que lo acompañaba, pude escuchar varias veces su deseo de una vida entregada, no centrada en sí mismo.
En Ronaldo pudimos encontrar a una persona que vivió el Evangelio, que dice “el que quiera ganarse la vida, la perderá, por amor de Dios y de los jóvenes".
Recuerdo a Ronaldo diciendo que, si era necesario, derramaría su sangre por amor a Jesús, a la Iglesia y a los jóvenes. Y eso fue exactamente lo que sucedió en un accidente, cuando regresaba de una misión en Natal (RN), tenía a Ronaldo en mis brazos. Lo llevé al hospital. Y su ofrecimiento de vida fue consumado.
Su muerte trajo un gran dolor a la Comunidad, pero una vitalidad impresionante. En verdad, quien da su vida hasta el final se convierte en fuerza de resurrección.
Ahora disfruta de esta realidad plena de contemplar el rostro de Jesús. Tenemos la esperanza de que ganó el cielo y que sigue trabajando por los jóvenes. Sigue siendo un signo para los jóvenes. Quien da su vida la convierte en algo más fuerte que la muerte. Su vida está unida a Jesús y llega a todo el mundo, llega de manera misteriosa, como un gran signo de un joven que vivió en plenitud con Jesús, dándose y ofreciéndose.
También es una señal de que vale la pena. Hay muchos desafíos, dolores; a veces no entendemos nada, pero si perseveramos hasta el final, vale la pena. Vale para mí, para él. Vale la pena para ti.
Alabamos a Dios por la vida de Ronaldo y por su Pascua. Creemos que a través de él, Dios llama a muchos otros.
Moysés Louro de Azevedo Filho (Fundador y moderador general de la Comunidad Católica Shalom)

viernes, 26 de noviembre de 2021

Sandra Sabattini

 Sandra Sabattini


Fue una estudiante de medicina italiana. Nació el 19 de agosto de 1961.
Sandra fue miembro de la Comunidad Papa Juan XXIII. Se unió a la comunidad luego de conocer a su fundador el Siervo de Dios Oreste Benzi y tras irse de misiones, volvió a su hogar con la firmeza de que nunca abandonaría a esa gente.
“Nos hemos roto los huesos, pero esa es gente a la que nunca abandonaré”-Sandra Sabattini
A los 16 años escribió en su diario espiritual: “Señor, me diste un gran regalo, el de tener ganas de dar mi vida a los más pobres. Te doy las gracias por esto, porque, aunque todavía no lo he explotado, has depositado en mí este gran regalo. Espero poder hacerlo fructificar y espero poder entender cómo.
Posteriormente empezó a trabajar por los drogadictos y personas enfermas con el sueño de ser parte de las misiones médicas en África, por lo que comenzó a preparase y a estudiar medicina.
«La caridad es la síntesis de la contemplación y la acción, es el punto en el que el cielo se une a la tierra, donde los seres humanos se unen con Dios«- Sandra Sabattini
Estando comprometida para el matrimonio con un joven que compartía sus mismos ideales, falleció luego de ser atropellada en un accidente automovilístico mientras iba a una reunión de la Comunidad cerca de la ciudad de Rimini el 2 de mayo de 1984, a los 22 años.
En la última página de su diario, dos días antes del accidente, Sandra dejó su testimonio espiritual: “Esta vida no es mía. Esta vida, que va evolucionando por un respiro que no es mío, transcurre en una serena jornada que no es mía. No hay nada en este mundo que sea tuyo. ¡Sandra, date cuenta! Todo es un regalo en el que el “Donador” puede intervenir cuando y como quiera. Cuida el regalo que se te ha dado haciéndolo más hermoso y pleno para cuando sea la hora”.
Sandra rezaba el rosario, meditaba la Palabra de Dios todos los días, visitaba al Santísimo cada mañana y su noviazgo se caracterizaba por tener a Dios en centro, un noviazgo santo. Ha sido definida como una santa de lo cotidiano, “la santa de la puerta de al lado”
“Hoy hay una inflación de buenos cristianos, mientras que el mundo necesita Santos"- Beata Sandra Sabattini

Darwin Ramos

 Siervo de Dios Darwin Ramos


Fue un joven filipino que murió en el 2012 a causa de una grave enfermedad degenerativa a los 17 años. Ha sido declarado Siervo de Dios por el Papa Francisco.
Actualmente la diócesis de Cubao inició su proceso de beatificación y canonización.
El obispo local Mons. Honesto Ongtioco declaró que “Darwin es un ejemplo de santidad. Siendo un niño de la calle, afectado por la miopatía, estuvo estrechamente unido a Cristo en su sufrimiento y en su alegría”.
Darwin Ramos nació el 17 de diciembre de 1994 en Pasay City. Transcurrió sus primeros años en un humilde barrio de Villanueva Street. Para ayudar a su familia Darwin trabajaba recogiendo residuos en la calle, junto con su hermana menor. Pero pronto comenzaron a manifestarse en él los primeros síntomas de un cuadro que luego será diagnosticado como distrofia muscular de Duchenne.
Todas las mañanas su padre lo dejaba en la estación de la Libertad para pedir limosna a los transeúntes. Los músculos de Darwin se debilitaban por la enfermedad y pronto ya no pudo siquiera mantenerse de pie. El padre de Darwin aprovechaba la enfermedad de su hijo para que las personas sintieran lástima y le den limosna, luego utilizaba gran parte de ese dinero para comprar alcohol, pero Darwin guardaba un poco para comprar comida a sus hermanos.
En julio de 2006, un grupo de educadores de la Fundación ANAK-TNK (Tulay ng Kabataan), dirigida por un sacerdote francés, luego de encontrarse con Darwin varios días seguidos, logró llevarlo hasta Quezón City. El niño ingresó a uno de los centros gestionados por la organización, fundada en 1998 para ayudar a los niños más necesitados de Manila.
Tras descubrir la fe católica, a pedido suyo, Darwin recibió el bautismo el 23 de diciembre de 2006; la comunión y la confirmación, el 22 de diciembre del año siguiente. Con el correr de los años, sus condiciones físicas se agravaron progresivamente.


En medio del sufrimiento, entabló una profunda relación personal con Cristo, a quien ofreció todos sus dolores. Darwin no se quejó: cuando hablaba de su enfermedad no se refería a ella como a una miopatía, sino que la llama su “misión”.
No pasaba ningún solo día en el que no se tomara tiempo para rezar. Siempre estaba atento a todos y mostraba su apoyo a los demás niños cuando tenían problemas. Siempre sonreía, incluso en los momentos más difíciles. Un cuidador de la Fundación dijo: “Un día, cuando Darwin tenía fiebre, insistió que le ayudaran a levantarse de la cama para unirse a los demás en el centro para poder dirigir la oración de la tarde. Fue Jesús antes que cualquier otra cosa”
El 16 de septiembre de 2012 comenzó su “semana de Pasión”.
Sus condiciones se agravaron repentinamente: sentía dolor al respirar, y fue trasladado al hospital. En esos momentos de gran sufrimiento, continúo teniendo una actitud cordial, dando gracias a todos por los servicios con que le asistieron.
Al día siguiente lo intubaron y ya no podía hablar, pero de todos modos se podían leer sus labios y tenía un cuaderno en donde escribía lo que quería decir. El 20 de septiembre, Darwin vivió una batalla espiritual: “Estoy combatiendo contra el diablo” declaró. Recibió la Unción de los Enfermos.
Al día siguiente Darwin parecía estar tranquilo y sonriente. Agradeció a todos por haberse ocupado de él. Manifestó toda su alegría, con la esperanza de reunirse pronto con el Señor, y escribió “Inmensas Gracias” “Estoy muy feliz”. Esos fueron sus últimos escritos.
En las 24 horas posteriores Darwin permaneció en un largo silencio. Murió en el Philippine Children´s Medical Center (PCMC) de Quezón City el domingo 23 de septiembre de 2012.
La misa fúnebre se celebró en la iglesia repleta de niños de la Fundación vestidos de blanco. Darwin fue enterrado en el cementerio de la ciudad de Pasay, donde muchas personas todavía van a llorar y pedir su intercesión.
⭐⭐⭐

Santa Catalina de Alejandría

 Santa Catalina de Alejandría

 Fue una virgen y mártir cristiana del siglo IV. Está incluida en el grupo de los Santos Auxiliadores y es conocida también como la “Gran Mártir” o Santa Catalina de la Rueda. Más de 1100 años después de su martirio, Juna de Arco la identificó como una de los Santos que se le aparecieron y aconsejaron. Su fiesta se celebra el 25 de Noviembre.

Catalina nació en el año 287 en el seno de una familia noble de Alejandría, en Egipto. Era hija de Constus, el gobernador de Alejandría y desde muy joven se dedicó a estudiar.
Una visión de la Virgen María y el niño Jesús la convenció de convertirse al cristianismo, cuando tenía aproximadamente 14 años. Consagró su vida a Cristo y desde entonces se consideró, a sí misma, su prometida.
Cuando comenzaron las persecuciones bajo el emperador Majencio, ella fue a él y lo reprendió por su crueldad. El emperador convocó a 50 de los mejores filósofos y oradores paganos para disputar con ella, con la esperanza de que refutaran sus argumentos, pero Catalina ganó el debate.
Luego del debate los sabios quedaron convertidos al cristianismo, lo que provocó la ira del emperador e hizo ejecutarlos en la hoguera. Ellos tenían miedo de morir sin ser bautizados, por lo que Catalina los bautizó. Majencio mandó torturarla terriblemente y luego encerrarla.
Durante el encierro, los ángeles curaron sus heridas con un ungüento y fue alimentada diariamente por una paloma del cielo. Cristo también la visitó, animándola a luchar con valentía y prometiéndole la corona de la gloria eterna.
Allí fue visitada también por la propia emperatriz y un oficial. Éste terminó por convertirse, junto con otras doscientas personas que la visitaron. Posteriormente fueron todos martirizados.
Doce días después, cuando se abrió el calabozo, una luz brillante y un perfume fragante lo llenaron y Catalina salió radiante.
El emperador, al no lograr que se rindiera ni con la tortura, trató de ganarla proponiéndole matrimonio y ella se negó alegando que Cristo es su único esposo y que le había consagrado su virginidad.
El emperador ordenó entonces que la mataran utilizando para ello una rueda con púas. Salió ilesa ya que la rueda se hizo añicos al tocar su cuerpo.
La emperatriz trató de interceder a favor de Catalina, pero esto enfadó al emperador y mandó matar a Catalina cortándole la cabeza. Ella misma, llena de fortaleza, ordenó que comenzara la ejecución. De su cuello no salió sangre, sino que salió un líquido blanco parecido a la leche.
Tenía aproximadamente 18 años.
🌿❤👑

domingo, 3 de octubre de 2021

San Giuseppe Moscati

 San Giuseppe Moscati

Médico, investigador científico y profesor universitario italiano.

Moscati fue un médico, laico que en su vida destacaba su entrega y extraordinaria caridad, atendía principalmente a los pobres y nunca quiso cobrar a sus pacientes, siempre atendió con una sonrisa y con extrema humildad.
Lo más impresionante de su vida es su desapego completo por las cosas del mundo; un ejemplo de esto es que en muchas ocasiones rechazó ofertas de carreras académicas de renombre, solo tenía lo necesario para vivir y con lo poco que le quedaba compraba el medicamento de los pacientes más pobres.
Otra cosa a destacar es que rezaba por sus pacientes y cómo heroicamente salvó hasta a la última persona en la evacuación de un hospital durante la erupción del Monte Vesubio, luego de sacar a todos el hospital se derrumbó, ayudo a muchos enfermos durante la epidemia del cólera y atendió soldados heridos durante la primera guerra mundial. Era muy devoto de la Virgen María y la Eucaristía era el centro de su vida.
Enseñaba a los médicos pasantes y decía: “Tendrás que estudiar un libro no impreso. Su tapa son las camas de hospital y su contenido los cuerpos doloridos de nuestros pacientes. Tienes que acompañar a tus estudios con compasión a los enfermos y una gran sonrisa”
Murió sentado en su sillón a los 46 años, en su funeral hubo una gran cantidad de personas (pobres en su mayoría) y por todo el pueblo se dijo: “ha muerto el médico santo”
Moscati es un ejemplo de que la ciencia y la fe no se contradicen, sino que se complementan, él las combinó y usó la ciencia al servicio de Dios, mientras más conocía; más maravillado quedaba por la creación.
Lo que ha transformado al mundo, no es la Ciencia, sino la Caridad- San Giuseppe Moscati


Frases
Ama la verdad; muéstrate como eres, sin fingir, sin miedos y sin diferencias. Y si el precio de la verdad es la persecución, acéptala y si el precio es el tormento, sopórtalo. Y si para la verdad tuvieras que sacrificarte a ti mismo y a tu vida, sé fuerte en los sacrificios- San Giuseppe Moscati

La vida es un momento. El honor, las victorias, la riqueza y la ciencia se acaban. Los encantos de la vida pasan y solo el amor eterno permanece, la causa de todo acto de bondad. El amor nos sobrevive, porque Dios es amor -San Giuseppe Moscati

miércoles, 15 de septiembre de 2021

San Pedro Claver

San Pedro Claver


Fue un misionero jesuita español tímido y sencillo que nació el 26 de junio de 1580. Su festividad es el 9 de Septiembre y es el Santo patrón de Colombia.

Su misión se desarrolló en el puerto negrero de Cartagena (Colombia), donde eran llevadas en barcos, como esclavas, personas provenientes de África en condiciones inhumanas, muchos morían por el camino y eran tratadas como seres indignos. Incluso los teólogos contemporáneos debatían si realmente los negros tenían alma.

Su vida:

Era hijo de un modesto propietario de viñedos y olivares, y perdió a su madre antes de cumplir los 13 años. No se sabe mucho sobre su infancia, pero se sabe que trabajaba en el campo con su familia. En 1596 se trasladó a Barcelona para estudiar “letras y artes” en el Estudio general de la Universidad. Terminada la retórica entró en contacto con los jesuitas del colegio de Belén para estudiar filosofía. Allí sintió la vocación por la Compañía de Jesús, en la que ingresó el 7 de agosto de 1602. Tras un intenso noviciado y luego de pronunciar sus primeros votos pasó a Gerona a dedicarse al estudio de humanidades.

En el Colegio Nuestra Señora de Montesión, donde fue destinado a ampliar sus estudios de filosofía (1605-1608) entabló amistad con el portero San Alonso Rodríguez (hermano jesuita laico), por quien sintió una gran admiración y se sintió muy atraído por sus humildes oficios y sencillez, por lo que sintió dudas acerca de su vocación sacerdotal.

 La valoración que hacían los superiores sobre Pedro Claver era muy negativa; espíritu mediocre, discernimiento inferior a la media, escasa circunspección en los negocios, mediocre perfil en las letras, bueno para predicar a los “indios”, pero esto no influyó tanto en él como lo hizo el santo portero con quien, con permiso de sus superiores, podía conversar todas las noches un cuarto de hora, estas charlas le fueron muy provechosas y anotó todo lo importante en un cuaderno que lo acompañaría por toda la vida, también recibió como obsequio del portero “un tesoro grande” (como decía Pedro); un libro de apuntes espirituales. San Alonso Rodríguez lo animó a ser misionero y le aconsejó que fuera a Sudamérica, porque recibió por inspiración de Dios conocimiento de la futura labor del joven Pedro y él confió en esta inspiración.

Comenzaba su segundo año de estudios teológicos cuando el provincial, accediendo a su deseo, le destinó el 23 de enero de 1610 a las misiones transoceánicas del Nuevo Reino de Granada. Se fue a pie a Valencia y luego a Sevilla, de donde zarparía en la flota de galeones en compañía del padre Mejía y dos jóvenes sacerdotes. Pasó por la plaza fuerte de Cartagena de India y luego llegó a Santa Fe de Bogotá, donde no estaban aún organizados los estudios de teología, lo que aprovechó para servir como hermano laico (como Alonso). Una vez concluidos sus estudios en el Colegio y Seminario de San Bartolomé, fue destinado al noviciado de Tunja para hacer su “tercera probación” (el año en que los jesuitas dedican a la espiritualidad tras su formación intelectual). Seguía dudando si hacerse sacerdote, tanto que le pidió al provincial que le permitiera seguir como hermano portero.

Pero los superiores le destinaron a Cartagena de Indias, donde fue ordenado sacerdote el 19 de marzo de 1616, a los 35 años. Ofició su primera misa en el altar de la Virgen del Milagro de la Iglesia de la Compañía. Allí conoció a Alonso de Sandoval; un sabio jesuita que estaba en contra del ambiente esclavista y recibía con afecto y bautizaba a los esclavos que llegaban a los puertos traídos de África en los barcos negreros, y en muy malas condiciones. Esto motivó a Pedro Claver, que tomó la decisión de entregarse por completo a los negros.

Por su posición en el mar Caribe, Cartagena de Indias era el principal mercado de esclavos del Nuevo Mundo. Mil esclavos llegaban allí al mes, el precio de compra de un esclavo era dos escudos, y doscientos el de venta. Aunque muriera la mitad del cargamento, el tráfico seguía siendo “rentable”. Ni las repetidas censuras del Papa podían prevalecer contra ese comercio, por lo que los misioneros trataban de mitigarlo.

Pero Pedro Claver se enfrentó a esta situación con hechos heroicos. El 3 de abril de 1622, al profesar sus votos perpetuos solemnes, estampó junto a su firma la que sería la gran consigna de su vida:

“Pedro Claver, esclavo de los negros para siempre”

El joven sacerdote procuraba enterarse con antelación de la llegada de un barco negrero, hasta ofrecía una misa a quien se lo avisara, y se informaba de que nación venía para procurarse intérpretes, que buscaba por toda Cartagena. Lo amos de éstos llevaban muy mal que se los pidieran y recibían a los jesuitas con insultos. Más tarde el propio colegio consiguió intérpretes negros, que colaboraron con Claver y a veces eran empleados en el colegio para otros menesteres, lo que ocasionó dos cartas de protesta del padre general, que apreciaba la labor de Pedro.

Acompañado de sus intérpretes acudía Claver al puerto llevando al brazo un canasto cargado con pan, frutas, agua y vino. Luego descendía a la sentina del navío, les decía a los esclavos que él quería ser su padre, que los iba a tratar bien y que venía con intención de quererles y enseñarles el camino de Jesús. Si alguno llegaba en peligro de muerte, él mismo lo envolvía en su manto y lo llevaba a un hospital. Cubrían también a los desnudos, les lavaban el rostro, los atendían, demostraban su amor y hablaban con ellos “no con lengua, sino con manos y obras” como decía Claver.

Con ayuda de los intérpretes y utilizando cuadros para mayor comprensión les daba catequesis. La atmosfera era irrespirable por el fuerte olor de las heridas de los esclavos, y cuando sentía repugnancia les besaba las llagas y finalmente los bautizaba.

Claver cada vez sentía más afecto hacia los esclavos y los defendía de sus amos. Cuando sabía que alguno flagelaba a sus esclavos, se presentaba en la casa y con súplicas pedía que no los azotaran. Su confesonario estaba reservado para los negros, mientras que grandes personajes de la ciudad tenían que hacer cola detrás si querían confesarse con él.

Durante la peste de la viruela que se cebó en Cartagena en 1633 y 1634, Pedro Claver se multiplicó para atender a los damnificados. Su manteo servía de vestido para los desnudos recién llagados, de almohada y de cama para los enfermos. En vísperas de Pascua reunía a todas las personas negras de la ciudad para que cumplieran el precepto, los confesaba, les daba la comunión y él mismo les servía un modesto desayuno. Además acudía regularmente a la leprosería, Hospital de San Lázaro, cuidada por los Hermanos de San Juan de Dios. Allí barría, arreglaba las camas, daba de comer a los enfermos y les llevaba pequeños frascos de licor. Conseguía mosquiteros, limosnas, medicinas y comida para aquel pobre hospital. Los días de fiesta les llevaba una comida más fina y una banda de música.

Se ocupaba también de los presos comunes y los apresados por la Inquisición, y se pasaba largas horas en los calabozos escuchándolos. Por sus ruegos, dos abogados se encargaban de la defensa de los presos pobres. También consolaba a los condenados en el momento de la ejecución con vino, perfume y bizcochos. Con los protestantes se comportaba con igual cariño y misericordia, sin importar las consecuencias que podía traerle, gracias a eso llegó a convertir a muchos. Misionaba además pueblos de los alrededores, comiendo y durmiendo en chozas abandonadas. Le nombraron ministro (encargado de asuntos materiales) de la casa. Pero, como  cogía siempre los oficios más duros, el superior lo hizo maestro de novicios coadjutores, a los que conducía a la leprosería escoba en mano.

Todo ello respondía a una profunda vida espiritual. Austero hasta el heroísmo; dormía poco y en el suelo, comía poco y vestía cilicios, tenía dicho al hermano portero que no molestara en la noche a los demás padres cuando venían a pedir sacramentos, sino que acudiesen a él.

Para la oración le gustaba mirar un libro de imágenes de la vida de Nuestro Señor y se detenía sobre todo en pasajes de la Pasión que recordaba el resto del día. Un africano; Diego Folupo lo vio elevado del suelo como “caña y media” con los ojos fijos en un crucifijo que sostenían en las manos. Le atribuían numerosos milagros, como resurrección de muertos, clarividencia y profecía.

Aunque su fama de santidad cundía por toda la ciudad, muchos se opusieron a su trabajo y a su persona. Los informes que enviaban a Roma decían de él que era “mediocre de ingenio”, “de prudencia exigua”, “muy melancólico”. También le llegaron avisos de la curia acusándolo de retener dinero, tener vino para los negros, entre otras cosas y tuvo también llamados de atención. Entre los llamados de atención también estaba que diera preferencia a los negros sobre los blancos, cosa que a muchos les molestaba.

Claver enfrentó la oposición de las autoridades civiles y comerciales, quienes sospechaban que el sacerdote socavaba su lucrativo comercio. No solo los traficantes de esclavos lo tenían como enemigo, el misionero fue acusado de haber profanado los sacramentos al darlos a “criaturas que apenas poseían alma”. Importantes mujeres de Cartagena se negaron a entrar en la iglesia en la que Pedro Claver reunía a sus negros. Sus superiores también eran a menudo influenciados por las críticas. Sin embargo, Claver continuó su trabajo, aceptando todas las humillaciones y añadiendo rigurosas penitencias a sus obras de caridad.

En 1650, tras predicar la cuaresma por los alrededores de Cartagena cayó enfermo. La víspera había confesado hasta las diez de la mañana y cuando pretendió celebrar la misa, se sintió tan mal que se vio obligado a regresar a Cartagena. La peste ya causó el fallecimiento de nueve miembros del colegio de los jesuitas. Una parálisis lo redujo a la impotencia, junto con un terrible temblor de las manos, que según testigos se detenía cuando celebraba la misa.

Aún logró hacer algunas visitas gracias a una mula que le dieron. Se despidió de una gran bienhechora suya y le pidió que en adelante se confesara con su sucesor, el padre Diego Ramírez Fariña. Por entonces, desde la sublevación de Portugal, era raro el arribo de barcos negreros. Pero en 1652 llegó uno y Pedro los visitó, les llevó regalos y los instruyó para el bautismo.

Permaneció los últimos 4 años enfermo, en su celda, sin casi poder moverse, prácticamente solo y en un estado de abandono por parte de los demás. El hermano Nicolás, testigo de su vida, relató que cuando se supo en la ciudad que Pedro estaba muriendo y que ya había perdido el conocimiento, empezó la “gran peregrinación”, todos querían tocarle, llevarse de él cabellos, un trozo de su camisa, lo que fuera: “le besaban aun antes de morir las manos, los pies, tocándole con rosarios”. El Padre Juan de Arcos, rector del colegio, señaló: “la gente entraba y salía como a una estación de Jueves Santo; diluvios de niños y negros venían diciendo: “Vamos a ver al Santo”

Falleció finalmente en la madrugada del 9 de septiembre de 1654.

Después de su muerte, el gobernador Pedro Zapata y el Consejo de Cartagena solicitaron que se iniciaran los informes sobre la vida y milagros de Claver. Durante el proceso de canonización resultó particularmente notable el número de hechos extraordinarios, verificados tanto en vida como después de su muerte, y considerados milagros por la Iglesia católica. Además se constató el bautismo por su mano y la conversión de negros por millares.

Un punto muy analizado hasta hoy es la forma en que Pedro Claver logró comunicar el cristianismo a los esclavos, religión que sus amos decían practicar. Muchos biógrafos modernos señalan que Pedro Claver infundió en los esclavos un sentido de dignidad humana y valor, demostrando la injusta situación a la que eran sometidos. Su principio fue “primero los hechos, luego las palabras".

También la práctica cotidiana de sufrir junto a los sufrientes, siguiéndolos a las minas y a las plantaciones, intercediendo por ellos y protestando por su cuidado.